Como dice el título, vivir rápido hacia el éxito, es lo que estamos viendo que desean mucho de nuestros jóvenes. La intención de este y otros artículos, es haceros reflexionar y ayudaros, tal y como siempre tengo pensado hacer. En esta ocasión, va dirigido tanto a los jóvenes como a los padres o responsables de su formación y acompañamiento hacia la etapa adulta.
En todos los medios, vemos cómo el éxito se utiliza como herramienta para deslumbrar a los más jóvenes. ¿Pero qué tipo de éxito queremos? ¿Cómo conseguimos este éxito fácil? ¿Qué o quién está dispuesto a ofrecernos este éxito tan evidente, que resultaría de locos no aceptarlo?
Por ejemplo: ahora muchos quieren ser youtubers y ganar mucho dinero; hacerse ricos siendo extremadamente jóvenes. Es un patrón que podemos ver en la mayoría de redes sociales. Esta situación implica consecuencias tanto a nivel individual como a nivel colectivo.
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Soy Nuria Montero, experta en Psicología EMDR ¡Te puedo ayudar!
¿Cuántos se han quedado en el camino hacia el éxito?
Tener éxito tan joven, cuando no aún has madurado lo suficiente, es una piedra difícil de digerir. La maduración implica saber manejar emociones, conocimientos y vivencias. Esto únicamente se consigue con el paso del tiempo y añadiendo experiencias a la vida —ya sean positivas, como negativas.
El problema no se encuentra tanto en el éxito sino en cómo se gestiona este éxito. Algunos jóvenes no saben qué hacer con el éxito y pueden entrar en el laberíntico mundo de las adicciones: al juego, móvil, internet, drogas, alcohol, sexo.
¿Cuál es el coste de la fama?
Como decían en una serie televisiva de otra época “la fama cuesta” y el precio a pagar a veces es la propia vida, la salud mental y la salud física. Y aquí es donde podemos llegar a perder el mando que pensábamos dominar con la luz del éxito. Es cuando afloran situaciones de ansiedad, insominio, estrés, transtornos alimentarios, etc.
¿Qué queremos construir para nuestros hijos?
Lo mejor que le podemos dar a nuestros hijos es la seguridad y el afecto necesario para tener una vida saludable. De este modo, prevenimos a nuestros hijos que queden atrapados por los aspectos negativos del mundo digital. Cuando son pequeños hay que controlar todo lo que llega a sus manos a través de las pantallas. Es cierto, ellos son nativos digitales —como tantas veces se va repitiendo desde diversos altavoces—; pero requieren del acompañamiento de un adulto que les ayude a discernir los positivo o neutro de lo negativo, lo inocuo de lo peligroso.
Como adultos, que estamos al cargo de menores (somos padres, somos tutores, somos educadores, etc.), tenemos que aportar valores positivos. También es recomendable que aprendan a saber lo que es el esfuerzo del estudio, por ejemplo. O lo que cuesta conseguir un sueño, para saber valorar la recompensa.
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No dejes que la ansiedad interrumpa tu vida.
Los jóvenes que acuden a la consulta se presentan a menudo con sus sueños rotos. No necesariamente por culpa de ellos. Han sufrido acoso y otro tipo de experiencias dolorosas.
Como psicóloga, me pregunto de nuevo: ¿qué queremos para nuestros hijos? La respuesta que muchas veces ofrezco: vida saludable —tanto física como anímicamente—, y valores. No todo vale para alcanzar el éxito.
Si eres joven y tienes problemas derivados de las redes sociales: acoso, angustia, insomnio, etc. Te puedo ayudar.
Si eres madre o padre con jóvenes en esta situación, contáctame y te explico cómo os puedo ayudar.
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