En la educación de los hijos intervienen muchas variables familiares, dependiendo del tipo de familia que formemos.
Hay familias en las que todos los miembros quieren formar parte de la educación de los hijos y todas las opiniones son buenas y cuentan porque aportan algo, pero hay que tener cuidado que esto no interfiera en las relaciones intrafamiliares ya que por ejemplo si el padre decide una cosa, la madre materna otra y la paterna otra, las relaciones familiares se empiezan a complicar y producen las dificultades familiares que muchas veces necesitan de un mediador.
Aquí es donde entra en juego la figura del psicólogo para hacer que estas relaciones no se compliquen demasiado porque ser imparcial es imposible.
Volviendo al ejemplo, por quien tomo partido sería la pregunta clave, pero si una tercera persona me puede ayudar a poder hablar con todas las partes sin sacar la rabia, podré llevar mejor la educación de los hijos y las relaciones intrafamiliares mejoraran.
Muchas veces las relaciones empeoran tanto que es “misión imposible” intervenir sin perjudicar a nadie, por eso mi recomendación es acudir a un profesional de la psicología para que me aconseje para mejorar mis relaciones.
Nuria Montero. Psicóloga laboral y de la salud. 11/05/2017.
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